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jueves, 14 de marzo de 2013

La industria española empieza a mostrar señales de recuperación



Las fábricas comienzan a ver la luz. Son todavía señales muy débiles, pero suponen un cambio significativo. La utilización de la capacidad productiva se ha situado en el cuarto trimestre de 2012 en el 74,1%. Se trata del nivel más elevado desde el comienzo de la crisis económica (salvo el segundo trimestre de 2011), pero lo más relevante es que supone la mayor subida en un sólo trimestre desde que la recesión apagó la actividad fabril.

En el primer trimestre de 2010 llegó a desplomarse hasta el 69,5%, muy lejos de los niveles claramente superiores al 80% que llegó a alcanzar la utilización de la capacidad instalada en los años del boom económico. En aquellos años fue a cargo de la burbuja inmobiliaria, mientras que ahora lo hace empujada por el sector exterior, que es el único componente de la demanda nacional que muestra señales de actividad. En los años 2006 y 2007 la utilización de la capacidad productiva llegó a superar el 82%.

Hay que tener en cuenta que buena parte de la capacidad industrial instalada ha sido destruida por la crisis, lo cual también influye en el nivel actual. De hecho, la crisis se ha llevado ya por delante casi 900.000 puestos de trabajo industriales, lo que refleja la dureza de la larga recesión en el sector. 
Los datos recientes muestran, en todo caso, que la crisis continúa. El  Índice de Producción Industrial (IPI), corregido de efectos de calendario, registró en  noviembre una variación interanual del -7,2%, inferior en más de cuatro puntos a la del mes anterior  (-3,1%). El Ministerio de Economía, sin embargo, lo achaca al “efecto negativo” de la huelga general del día 14 de noviembre de 2012 en la actividad industrial. 

Según sus estimaciones, dicho impacto puede estimarse, en una primera aproximación, “en torno al -3,7%, de forma que la tasa interanual descontada de ese efecto se situaría alrededor del -3,6%”. La industria, por lo tanto, todavía está en recesión, aunque dé algunas señales de mejor comportamiento. La media de caída del año se sitúa en el -6%.

En palabras del servicio de estudios del BBVA, a pesar de que la evolución de la producción industrial en noviembre debe ser valorada negativamente, “las expectativas de producción futura en el sector mejoraron en diciembre lo que, en todo caso, permite albergar cierto optimismo respecto al ritmo de deterioro de la actividad en los próximos meses”.

No toda la industria sufre lo mismo en función de su tamaño. Según Industria, la manufacturera de intensidad tecnológica medio-baja es la que muestra una peor evolución (-10,5%); mientras que, por el contrario, la de alta tecnología desciende un 2,5%, muy por debajo de la media.