El Ministerio de Fomento ha reiterado su compromiso con el Corredor Atlántico, una infraestructura fundamental para la competitividad y el desarrollo económico.
Trabaja para incluir los itinerarios procedentes del noroeste español y sus puertos en el Corredor Atlántico desde el mismo momento en que la Comisión Europea inicie los trabajos para la elaboración del nuevo Reglamento. El Ministerio es consciente de la importancia económica y vertebradora de estas regiones para España y para la UE.
En este sentido, iniciativas como la promovida por las Comunidades de Castilla y León, Galicia y Asturias para que los puertos de la cornisa noroeste formen parte o estén conectados al Corredor Atlántico vienen a fortalecer la posición del Ministerio de Fomento frente a la Comisión Europea en las futuras negociaciones para su inclusión en el mismo.
España consiguió que el Plan de Trabajo del Corredor Atlántico de 2015 recogiera que estas conexiones de la Red Básica Transeuropea fueran consideradas como secciones de la Red Básica conectadas al Corredor, al objeto de tenerlas en cuenta en una futura ampliación.
Cabe destacar que sólo la Red Básica puede formar parte de los Corredores Europeos.
Fomento subraya el esfuerzo inversor realizado hasta la fecha en el desarrollo del Corredor Atlántico que, junto al Corredor Mediterráneo, constituyen proyectos prioritarios para este departamento y contribuyen de forma conjunta a la vertebración y cohesión territorial.
Los itinerarios de los Corredores Europeos se definen en el Reglamento (UE) 1316/2013 del Parlamento Europeo y del Consejo de 11 de diciembre de 2013, por el que se crea el “Mecanismo Conectar Europa”, que tiene un período de vigencia que abarca de 2014 a 2020.
En 2018 se iniciarán las tareas que conducirán a la aprobación de un nuevo reglamento en 2020, que incluya los nuevos itinerarios de los Corredores Europeos.
Desde el Ministerio de Fomento se trabajará para incluir los itinerarios procedentes del noroeste español y sus puertos en el Corredor Atlántico, desde el mismo momento en que la Comisión Europea inicie los trabajos para la elaboración del nuevo Reglamento.
Una vez dicho esto, el lector debe decidir si se cree o no las buenas nuevas de Fomento, en qué medida esto será posible y qué plazos reales serán necesarios.
