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lunes, 1 de octubre de 2012

El sector de los áridos debe reinventarse



El tercer congreso nacional de los áridos viene a celebrarse en un momento de máxima depresión del sector y en el que muchas empresas luchan por la supervivencia. No está claro que haya luz al final de éste túnel y puede que estemos muy lejos de la orilla. 
Quienes no sean capaces de cambiar por completo su mentalidad y sigan esperando que vuelvan los vientos de la especulación que hinchen de nuevo el globo constructor, que produjo una sobredemanda demencial de materias primas, alentando incluso las malas prácticas, pueden seguir sentados esperando.

Las cosas han cambiado y el sector de la construcción nunca volverá a aportar un 10% al PIB. Volveremos a crecer, bastantes empresas sobrevivirán a esta depresión y serán viables, pero tendrán que reorganizarse por completo. Aconsejamos vivamente a nuestros lectores que no se pierdan el extraordinario artículo que publicamos en este número, a cargo de Ángel Cámara Rascón, Decano del Colegio de Ingenieros de Minas del Centro de España, en el  que realiza un diagnóstico de la crisis del sector y pone el foco en los ingenieros de minas como gestores de las posibles soluciones. Cámara afirma que “el Sector de los áridos está atravesando una situación de crisis sin precedentes que amenaza a su propia supervivencia. El mantenimiento del sector pasa por una reestructuración estratégica en la que es necesaria la participación de todos los agentes implicados en su estabilización”. 

Y añade el decano, “particularmente, los ingenieros de minas pueden ser piezas fundamentales tanto desde el punto de vista técnico como del de gestión estratégica de los nuevos proyectos”.
Apostamos por este tipo de mensaje, crítico pero positivo, que busca soluciones aun dejando claro que éstas son muy difíciles. Quizá el sector deba seguir redimensionándose, y se imponga la concentración de explotaciones en manos de empresas grandes y con sistemas de gestión más depurados. Pero creemos que hay posibilidad para que las pequeñas empresas familiares, mayoritarias hasta ahora, se modernicen y reorganicen, y adapten a esta nueva época de menor actividad.