L
as grandes inversiones en minería parecen estra llamando a nuestra puerta. Pero buena parte de los inversores internacionales exigen claridad administrativa y reglas de juego estables. El penúltimo y episodio de la pandereta nacional ha venido de ese desdichado Ministerio de Industria y Energía, que conjuga la ineptitud con la falta absoluta de autoridad.
Tras intervenir de forma errática y con una torpeza absoluta en el mercado de la energía, que ha conseguido perjudicar a todas las partes, especialmente el consumidor, el actual ministro José Manuel Soria, lideró una acción audaz: anunciar la aprobación de urgencia la nueva ley de minas, que lleva décadas estancada. Sin embargo, sin dar explicaciones, la nueva ley no se ha aprobado y no se anuncia si se pretende retomar o se va a dejar que duerma el sueño de los justos. Sólamente se reconoce que las protestas de las diferentes comunidades autónomas han sido decisivas. Pero en cualquier momento, Soria podría volver a intentarlo.
Pubicamos en este número especial dedicado a la minería, un extracto del borrador de la nueva ley, a la espera de que sea llevada al Congreso y al Consejo de Ministros (con las pertinentes modificaciones).
Y además incluimos la opinión de una de las voces más autorizadas de nuestro país, para que introduzca claridad en este asunto tan complejo. Ángel Cámara, Decano-Presidente del Colegio Oficial de Ingenieros de Minas del Centro, y catedrático de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas y Energía de la Universidad Politécnica de Madrid, nos explica la necesidad de una nueva norma, así como los defectos del borrador actual.
Por otra parte, incluimos un amplio repaso a las ventas de máquinas en España y en los principales mercados europeos, que muestran claros síntomas de recuperación. El crecimiento parece estar consolidándose, aunque de forma lenta, y es en España donde la construcción y la obra pública parece que van a repuntar con más fuerza.
No lancemos las campanas al vuelo, pero esta vez parece que sí, que es verdad.